Hongos: Estructura, Clasificación y Diagnóstico

Los hongos son organismos eucariotas, no fotosintéticos que forman micelio y pueden ser tanto unicelulares como pluricelulares. Se encuentran en ambientes diversos como el suelo, vegetación y tejidos orgánicos, donde frecuentemente contaminan cultivos bacterianos y unicelulares. Pueden desarrollarse como células aisladas, como en el caso de las levaduras, o como colonias filamentosas multicelulares, conocidas como mohos o hongos filamentosos. Su modo de vida puede ser saprófito, parasitario o de ambas formas simultáneamente.

Desde un punto de vista estructural, los hongos son células eucariotas que poseen una pared celular compuesta de quitina, un polisacárido cristalino que proporciona rigidez. Algunos hongos, como el Cryptococcus, presentan una cápsula formada también por polisacáridos, lo que les otorga propiedades inmunógenas y antifagocitarias. Entre las características distintivas de los hongos se encuentran la presencia de quitina en la pared celular, ergosterol en la membrana celular, y la capacidad de reproducirse a través de esporas, ya sea de manera sexual o asexual. Estos organismos no poseen clorofila y son insensibles a antibióticos antibacterianos.

Clasificación y Morfología

Los hongos se clasifican en dos grandes grupos según su morfología:

Macromicetos: Incluyen setas, que están formadas por talos y sombreros.
Micromicetos: Se dividen en:

Hongos filamentosos o mohos (pluricelulares).
Levaduras (unicelulares).

Los hongos filamentosos, también conocidos como miceliares, son representativos del crecimiento típico de hongos microscópicos. En medios de cultivo sólidos, producen colonias algodonosas fácilmente reconocibles. Al ser observados al microscopio, los hongos filamentosos muestran estructuras tubulares llamadas hifas que excretan enzimas para la digestión extracelular y la absorción de nutrientes, manteniendo así su estado heterótrofo.

Estructura de las Hifas

Las hifas pueden ser de dos tipos:

Septadas: Presentan paredes llamadas septos que separan el citoplasma y el núcleo en células.
Cenocíticas: Carecen de septos, formando células multinucleadas.

A medida que las hifas crecen en longitud y se ramifican, forman una masa conocida como micelio, visible a simple vista como una colonia fúngica. Esta colonia se divide en dos partes: el micelio vegetativo, que penetra en el medio de cultivo y obtiene nutrientes, y el micelio aéreo o reproductor, que sobresale del medio y donde se localizan las esporas.

Reproducción y Dimorfismo

La reproducción en hongos puede ser asexual o sexual mediante la formación de esporas. Un grupo de hongos de gran importancia clínica, denominado dimorfos, presenta tanto crecimiento levaduriforme a temperaturas corporales (37 °C) como ciñendo un crecimiento filamentoso a 25 °C. Un ejemplo es Candida albicans.

Las esporas, que contienen la información genética necesaria para el desarrollo de un nuevo individuo, se producen mediante estructuras especializadas denominadas esporóforos o por fragmentación de las hifas. Estas esporas son resistentes a condiciones desfavorables como sequedad y radiación, y pueden germinar en ambientes húmedos.

Tipos de Micosis

Las micosis, o enfermedades causadas por hongos, se clasifican según la virulencia del hongo en:

Micosis primarias: Infecciones causadas por hongos que son patógenos primarios.
Micosis oportunistas: Infecciones que afectan a pacientes con inmunidad comprometida.

Las micosis superficiales o dermatofitosis son aquellas que afectan la piel, pliegues, pelos y uñas, causadas principalmente por dermatofitos o queratofitos. Estas infecciones se dividen en dos tipos: dermatofíticas y no dermatofíticas, siendo las primeras las más frecuentes. Importantes géneros de hongos dermatofitos incluyen:

Epidermophyton: Causa tiñas en pies, piel, uñas e ingles.
Microsporum: Afecta la piel lampiña y cuero cabelludo.

Además, existen los *Trichophyton*, que afectan diversas áreas del cuerpo y pueden causar reacciones inflamatorias severas.

Clasificación de las Micosis

Las micosis se clasifican según su localización en:

Micosis profundas.
Micosis subcutáneas.
Micosis superficiales.

El tipo de micosis depende de la afinidad del hongo por determinados tejidos y del estado inmunitario del huésped, donde la alteración de defensas favorece su desarrollo. Otros hongos no dermatofitos, como Malassezia furfur, también pueden causar micosis superficiales.

Micosis Sistémicas

Las micosis sistémicas afectan tejidos más profundos y pueden ser asintomáticas o mortales, y se clasifican según la capacidad infectiva del hongo como micosis por patógenos primarios y oportunistas. Un ejemplo de hongo dimórfico es Histoplasma capsulatum, que puede causar infecciones pulmonares significativas.

Diagnóstico de Micosis

El diagnóstico de micosis en laboratorio se realiza a través de la toma de muestras, examen directo y cultivo. Las muestras deben obtenerse de áreas infectadas sin sustancias grasa o antifúngicas. Se pueden recolectar:

Cabello: Toma de pelos frágiles.
Escamas cutáneas: Rasguños realizados sobre la piel.
Uñas: Fragmentos cortados o raspados.
Mucosas: Toma de muestras rápidamente debido a la pérdida de vitalidad de hongos como la cándida.

Se realiza un examen directo que incluye observaciones macroscópicas y microscópicas. Las tinciones como gram y azul de lactofenol son comunes.

El cultivo microbiológico es crucial ya que permite identificar especies y efectuar estudios de susceptibilidad. Existen medios de cultivo generales y selectivos para combatir bacterias y facilitar el desarrollo de especímenes fúngicos. La identificación también puede incluir métodos de aglutinación y técnicas de biología molecular.

Pruebas de Sensibilidad y Detección de Antígenos

Las pruebas de sensibilidad se utilizan raramente debido a la escasa variedad de antifúngicos. Se pueden realizar pruebas serológicas para detectar antígenos específicos de hongos. La biología molecular ofrece técnicas de amplificación para facilitar el diagnóstico.

En la recolección de muestras de heces, es vital obtener muestras en intervalos intermitentes y procesarlas rápidamente. La observación microscópica es esencial para identificar quistes, eggs, y formas vegetativas bajo condiciones adecuadas, utilizando metodologías de concentración para una mejor detección de parásitos.

El diagnóstico de infecciones parasitarias también implica la identificación de morfología y determinaciones serológicas para aportar información relevante sobre la presencia de infecciones en el huésped.

Con todo esto, se establece un marco integral para comprender la biología de los hongos y su relevancia en la salud humana, enfatizando la necesidad de un enfoque sistemático en la identificación y tratamiento de infecciones fungales.

Estudio Completo sobre Hongos y Micosis

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